La aldea tiene el sabor de un pueblo tradicional y sus casas parecen extraídas de un museo o de una pintura con el fondo de las paredes y cumbres de Picos de Europa que parecen sobresalir de los tejados de sus casas. Situado en un emplazamiento idílico y rodeado de extraordinarios bosques de robles, acebos y castaños, es además punto de partida de varias rutas muy asequibles y de gran belleza.